domingo, 19 de julio de 2009

La religión en Japón

Hoy me gustaría hacer espacio a una de las características más relevantes y a su vez interesantes de la sociedad nipona: la religión.

Un chiste nacional dice que los japoneses nacen sintoístas, se casa cristianos y son enterrados como budistas. El sintoísmo y el budismo son las dos grandes religiones del país, aunque cada vez más para sus habitantes, la realización de los ritos se ha convertido en una cuestión formal y no de fe. Más del 90% de los nipones confiesa practicar ambas religiones. El sintoísmo para los ritos de bautismo y matrimonio y el budismo reservado sobre todo para la ceremonia fúnebre. El cristianismo es practicado por una minoría, unos 2 millones de japoneses, que ven en casarse de blanco una alternativa a la tradicional ceremonia sintoísta. El hecho de que en Japón convivan diversas religiones muestra otra de sus características. Un sincretismo y pragmatismo que le permiten absorber y transformar todo aquello que viene de fuera sin necesidad de exclusión.

Sintoísmo: llamado también Sinto o camino de los dioses se trata de un sistema de creencias animistas de origen prehistórico que veneran a los Kami, divinidades que existen en todas las formas de la naturaleza. Según marca la mitología japonesa el emperador y todos los habitantes del archipiélago descienden de los dioses. El sintoísmo prospera como una cuestión ceremonial tal y como se demuestra en los coloridos festivales matsuri, celebrados a lo largo de todo el año.




Budismo
: esta religión nacida en la India de manos de Sidhârtha Gautama llegó a Japón a mediados del siglo VI a.C a través del continente, más concretamente llevado de manos de emisarios coreanos. Rápidamente el budismo mahayana se convirtió en religión de estado de la mano del príncipe Shotoku en el 593. Actualmente la escuela budista más conocida en Japón es la zen, que fue introducida desde China durante el período Kamakura (1185-1333) y que afirma que la iluminación sólo se consigue a través del esfuerzo individual y de la meditación. El budismo desde su llegada tuvo gran influencia en la arquitectura, las artes y la cultura japonesa.




Cristianismo: se introdujo en Japón a mediados del siglo XVI a través de los primeros extranjeros que pisaban suelo nipón, los frailes portugueses. Su difusión supuso una amenaza política para el shogun (dictador militar), que temeroso del avance de la nueva religión y de los posibles objetivos coloniales de los europeos impuso fuertes medidas de represión i persecución contra el cristianismo. Actualmente Japón cuenta con alrededor de un millón de fieles i existen unas 6.000 iglesias católicas.

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